Entre las prioridades que destacó Manuel Lobo para el curso 2003-2004 está el impulso a las infraestructuras, “especialmente en las áreas de Ciencias de la Salud, Humanidades y Enfermería en Lanzarote, cuyas actuales condiciones son insostenibles”

El rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Manuel Lobo, ofreció su discurso inaugural del curso 2003-2004 en presencia del presidente del Gobierno canario, Adán Martín, y el consejero de Educación, José Miguel Ruano. Fue en el Paraninfo de la Universidad grancanaria el pasado 26 de septiembre, en un acto en el que se dieron cita numerosas personalidades políticas y académicas.
Manuel Lobo animó a los centros y departamentos universitarios a “asumir, con responsabilidad, los compromisos que hemos adquirido con la sociedad que nos financia”. Hizo mención a la Declaración de Graz sobre el futuro de la enseñanza superior, en donde se destaca que los gobiernos deben fortalecer las autonomías de las universidades, sin injerencias políticas, “a la vez que las Universidades tienen que comprometerse a rendir cuentas de su actividad, tanto científica como económica”.
Para el rector, es indispensable la continuidad del apoyo del Gobierno canario al desarrollo de infraestructuras universitarias, por lo que resaltó que es “urgente negociar y cerrar, antes de fin de año, el convenio para la financiación del nuevo plan de inversiones en ejecución”. Esta nueva inyección económica facilitará la remodelación de infraestructuras, “especialmente en las áreas de Ciencias de la Salud y Humanidades, sin olvidarnos de Enfermería en Lanzarote, cuyas actuales condiciones son insostenibles por más tiempo”, indicó el rector en su discurso.

Una lección magistral de comunicación, con Zinaida Lvovskaya

La catedrática en Traducción e Interpretación, Zinaida Lvovskaya, fue la protagonista de la lección inaugural del acto de apertura de curso. La importancia de la comunicación verbal basó esta lección magistral que contó con diversas anécdotas cotidianas en las que se exponía como, en muchas ocasiones, no sólo es importante el qué comunicar, sino la intención de entender del otro interlocutor.
Las incomprensiones generacionales entre padres e hijos son fruto de esta escasa predisposición a entender, explicó la doctora Lvovskaya en su discurso. “El éxito de la comunicación verbal depende no sólo de que el interlocutor entienda el sentido del texto, sino que también de si el autor logra producir en él el efecto buscado”. Así es que, la voluntad de comprender es tan importante como la voluntad de ser comprendido.

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