La catedrática de Filosofía, Victoria Camps, acudió al Acto de Investidura de Doctores de la ULPGC como conferenciante principal, donde se plateó una cuestión, título de su ponencia: ¿Para qué sirve la filosofía?. Su currículum destaca por su labor universitaria al frente de un vicerrectorado de la Universidad Autónoma de Barcelona, entre 1990 y 1993. Pero también resalta su vida política, ya que fue senadora independiente del PSC-PSOE y presidió la Comisión de estudio de contenidos televisivos.

1. Nos acogemos al título de su ponencia para plantearle la primera pregunta. ¿Para qué sirve la filosofía?. Porque entre los estudiantes es una materia algo complicada…

Eso me planteo. Creo que las función básica de la filosofía es el pensamiento, y pienso que en nuestro mundo hay mucha necesidad de pensamiento, porque se piensa poco. Además, se piensa en cosas muy concretas y en objetivos muy limitados. Y plantearse problemas de todos, que no pertenecen a ninguna ciencia especial, sino que todas ellas tienen algo que decir, va en consonancia con un pensamiento más global. Y creo que ahí, el filósofo tiene una función muy específica y que se empieza a valorar la incidencia de la filosofía, sobre todo en la moral y en la política en los últimos años. Esto demuestra que hay un vacío que hay que llenar.

2. Y las universidades son un nicho importante para desarrollar ese pensamiento, ¿o no?

Claro, las universidades es el lugar donde ese pensamiento se puede cultivar. Ya sea manteniendo la Licenciatura de Filosofía o haciendo que la filosofía esté presente, aunque sea como actividad de reflexión de lo que se hace en otras disciplinas.

3. Usted que ha estado siempre vinculada a la Universidad, ¿considera que los centros universitarios están bien conectados con la sociedad o llevan vidas paralelas?

Es una de las cosas que se echa de menos. La Universidad tiende a aferrarse en su mundo, a seguir sus inercias, y a perder de vista las necesidades de la sociedad. Pienso también que la sociedad, las empresas, tampoco colaboran demasiado con la Universidad para poner en común temas e intentar decidirlos entre todos.

4. Le ha preocupado mucho el rol de la mujer en distintas esferas sociales. ¿Considera que aún existen grandes desigualdades?

Que existe discriminación es evidente. Si no fuera así, no habría los malos tratos con tanta frecuencia. Hay una mentalidad de dominación sobre la mujer que en algunos casos se manifiesta en una forma muy extrema, pero que en el día a día se nota en muchas otras cosas. Por ejemplo, en la desigualdad de salario, la precariedad laboral, que la pobreza sea, sobretodo, femenina, la doble carga laboral… Todo eso demuestra que aún existe una discriminación de la mujer.

5. Sin embargo, en el ámbito universitario se está viendo que la mujer empieza a tener más presencia que el hombre entre el alumnado…

Si, entre los estudiantes. Pero catedráticas todavía no hay en la proporción que debería ser, hay pocas rectoras… Es decir, que cuesta que esa presencia esté en todos los niveles, y no sólo entre los estudiantes.

6. Le tiene poca estima a los medios de comunicación, ¿no? Dice que informan y no forman…

No, yo creo que vivimos en una sociedad del conocimiento, pero el tipo de información que recibimos no es, por si sola, el tipo de información que lleve al conocimiento. Y a veces, el tipo de medios que existen, que tienen unos imperativos muy económicos, muy mercantiles, no ayudan a conseguir que la información sea más profunda, más pausada, más adecuada para llegar a un mejor conocimiento.