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Nº5
Diciembre 2003
El BAZAR DE LOS ANUNCIOS
El Reportaje de la ULPGC
Las vigías universitarias

Por primera vez coinciden cuatro mujeres en el órgano del Defensor Universitario de la ULPGC. Alicia Llarena, la presidenta, lidera un equipo compuesto por Isabel Martín, representante del PAS; Mª Carmen Navarro, representante del profesorado; y Leticia Méndez, representante del alumnado. Las cuatro velarán, durante cinco años, por el buen funcionamiento de las distintas instancias de la Universidad. Serán las vigías de la vida universitaria.

El equipo del Defensor Universitario

Cada una representa a un colectivo diferente de la ULPGC. Sin embargo, el cargo de presidente del Defensor Universitario es independiente. Se presenta un profesor de forma individual ante los miembros del Claustro Universitario, que deciden con su votación si es la persona adecuada o no. El resto del equipo deben ser propuestos por cada colectivo: profesores, alumnos y PAS, y también deben contar con el apoyo mayoritario del Claustro.

De esta forma, coincidieron estas cuatro mujeres, “por casualidad, porque los miembros del Defensor Universitario no nos presentamos en ‘una plancha’”, explica la profesora y catedrática de Literatura Hispanoamericana, Alicia Llarena, que ahora preside esta figura universitaria.

¿Cuáles son las funciones del Defensor Universitario?
 velar por el cumplimiento de la normativa y reglamentos de la ULPGC
 atender consultas generales de cualquier colectivo de la ULPGC
 dar trámite a las reclamaciones de miembros de la comunidad universitaria
 iniciar investigaciones sobre situaciones consideradas irregulares
 mediador de conflictos entre un mismo o distintos colectivos
 proponer a otros órganos universitarios sugerencias o modificación de normativas

El nuevo equipo del Defensor, a pesar de coincidir por primera vez, ha sintonizado desde el primer momento. “Tengo la suerte y el privilegio de que hemos conseguido ser un equipo humano con absoluta confianza. Esto nos ha permitido trabajar conjuntamente desde el primer día atendiendo con agilidad las problemáticas que surgen en el seno de cada colectivo”, explica Alicia Llarena.

A ello se une la creciente sintonía de cuatro mujeres en un órgano muy cercano a las “emociones personales”. Alicia Llarena ve por primera vez que ser mujer es un punto de partida ventajoso. “Yo pienso que para estar en un puesto de trabajo no se puede mirar el género, sino la capacidad de las personas. Pero en este cargo nos hemos dado cuenta de que, en muchas ocasiones, hay que utilizar otras armas que nos son ni las leyes ni el reglamento. Son armas que tienen que ver más con la capacidad de persuadir, de influir y de trabajar sobre aspectos humanos, que con aspectos administrativos, y, en estos casos, las mujeres hemos desempeñado tradicionalmente el papel de mediadoras familiares”. El acercamiento emocional a un problema concreto permite muchas veces un mayor grado de influencia para resolver situaciones. “A veces, sólo escuchar y sentirte cómplice de aquel que te expone su problema es suficiente para reconfortarlo”.

Este equipo humano, con cargo recién estrenado, ya ha dado muestras de que a veces hacen falta tan sólo un par de horas para solucionar un conflicto latente durante varios meses. Compaginan la vigilancia y la mediación en la vida universitaria para que la institución sea más humana. Todos los días, de lunes a viernes, desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde les puedes consultar en la Casa de La Palmita, en el Campus Universitario de Tafira.

CUATRO MUJERES, CUATRO IMPULSOS...

Alicia Llarena, presidenta: “Siempre he creído que si uno se lo propone es posible convivir, y desde ese punto de vista me parece que estas figuras (Defensor Universitario, Defensor del Pueblo…) son importantes para el desarrollo de una vida democrática. Y ésta es la función más ‘espiritual’ que se puede ejercer dentro de la Universidad” Isabel Martín, representante del PAS: “He sido siempre una mujer con muchas inquietudes y por eso siempre he estado en movimiento dentro de la Universidad. Creo que con la figura del Defensor Universitario se pueden solucionar muchos problemas, pero con soluciones muy positivas”
Leticia Méndez, representante del alumnado: “Hacía falta una fuerte defensa del sector del alumnado en este órgano porque nos sentíamos muy desprotegidos y mis compañeros de Claustro me propusieron a mí para que los representara. Yo lo acepté porque siempre me ha gustado participar en todas las actividades que tengan que ver con la Universidad”.Mª Carmen Navarro, representante del profesorado: “Me pareció una buena forma de participar en la Universidad, intentando solucionar los problemas que surgen por la vía de la comunicación y, sobre todo, de la buena fe”.

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