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Nº26
Noviembre 2005
El BAZAR DE LOS ANUNCIOS
La ULPGC Investiga
MEDIDORES MUY SENSIBLES

Por arte de la electrónica, una propiedad física puede convertirse en un aparato que pueda utilizarse para medir o detectar algo. Ésta es la base de los estudios y aplicaciones que desarrolla el Grupo de Investigación de Biosensores de la ULPGC. Actualmente, analizan tumores cancerígenos en la piel a través de los infrarrojos.

Un biosensor es aquel aparato dedicado a detectar sustancias biológicas, ya sean sobre el cuerpo humano, in vitro, o hasta un simple pesticida. El Grupo de Investigación de Biosensores de la ULPGC nació gracias al trabajo previo realizado en el Centro Nacional de Microelectrónica de Madrid, por el profesor Juan Ramón Sendra, coordinador del Grupo e ingeniero de Telecomunicaciones.

“Mis investigaciones allí, en colaboración con especialistas médicos, se basaban en trabajar la oximetría del pulso”, explica. “Para ello, con unas pinzas o fundas en los dedos de un paciente medíamos sus pulsaciones y detectábamos la cantidad de oxígeno que tenían en sangre”. Estos datos les permitían analizar determinadas enfermedades como la apnea del sueño, o lo que es lo mismo, a aquellos pacientes que dejaban de respirar en un lapsus de tiempo mientras dormían.

Estas primeras investigaciones en Madrid tuvieron su desarrollo en Las Palmas de Gran Canaria, cuando el profesor Sendra contactó con el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC). “Ellos nos pusieron en contacto con una empresa alemana que se dedicaba al análisis de tumores cancerígenos, y en poco tiempo estábamos colaborando con ellos en los tumores externos de la piel”.

El Grupo de Investigación de Biosensores, que actualmente se incluye en el Instituto Universitario de Microelectrónica Aplicada (IUMA), comprobó que la reflexión de la luz en la piel podía ser uno de los parámetros que definiera si una mancha en la piel era maligna o benigna. “A partir del color que se reflejaba se podía intuir qué tipo de lesión era antes de que llegara a complicarse”, comenta José Ramón Sendra. Para ello, el Grupo utilizaba los infrarrojos, “que es un color que no vemos”, y que, según Sendra, “hace que la piel se vea transparente”. Éste sistema de medición complementaba al análisis del especialista médico, que podía determinar si una lesión era cancerígena a través de varias reglas básicas: la asimetría de la mancha, el borde, la dimensión y el color externo. “Nosotros pensamos que, además, hacía falta ver colores que el ojo no ve, y esto lo permitía el reflejo de los infrarrojos”, explica el coordinador del Grupo. “Con nuestra técnica determinamos claramente si una lesión es benigna, e intuimos si es maligna por los colores que refleja el infrarrojo”. Esta investigación está enmarcada en una tesis que se presentará próximamente por la ingeniera Mónica Cordo.

Detectar sustancias biológicas

El Grupo de Investigación de Sensores también investiga la detección de sustancias biológicas. “Colaboramos con instituciones madrileñas desde que ocurrió el atentado del 12 de marzo, con el fin de crear aparatos que detecten sustancias biológicas en cualquier lugar”, comenta Sendra. “La idea es hacer medidores muy sensibles y específicos, y cuando decimos específicos, significa que el sensor en capaz de detectar una sustancia biológica concreta, la que hayamos definido previamente”.

Así, uno de los sensores creados se basa en micropalancas del tamaño de 10 micras (más de un millón de veces menor que el metro). “Se instala en medio de varias sustancias, y con la ayuda de un láser, las micropalancas, mediante una vibración, detectan si la sustancia que buscamos está entre todas ellas”. Este mismo aparato puede servir para detectar cuantas sustancias queramos, sólo con modificar los parámetros y datos que favorecían la vibración de las micropalancas con una sustancia determinada.

“Con esta investigación demostramos que nuestro Grupo es capaz de crear el aparato que permite que una propiedad física sea utilizable para medir algo”, señala José Ramón Sendra. Por eso, desde hace años el Grupo también trabaja en colaboración con el Centro Nacional de Biotecnología. Sus seis componentes, todos ingenieros, consiguen que una propiedad física se convierta en un aparato. La magia de la ingeniería electrónica.

Datos de Interés:

  • Grupo de Investigación de Biosensores de la ULPGC
  • Instituto Universitario de Microelectrónica Aplicada (IUMA)
  • Edificio del Parque Científico y Tecnológico
  • Campus de Tafira
  • Tfno: 928.45.80.44
  • Fax: 928.45.10.83
  • Email:jrsendra@iuma.ulpgc.es

Webs de interés :

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