¿Existe relación alguna entre el dueño obeso y el soprepeso de su mascota?. Ésta es una de las líneas de investigación más curiosa del Grupo de Medicina Veterinaria y Patología Ambiental de la ULPGC. Este grupo de investigadores del Departamento de Patología Animal también destaca por ser el único en España en estudiar las enfermedades de los dromedarios. Y es que sólo en Canarias existe una población de más de 1.500 ejemplares.

Relacionar la obesidad humana con la de los animales de compañía, como los perros y gatos, es una de las principales líneas de trabajo del Grupo de Investigación de Medicina Veterinaria y Patología Ambiental de la ULPGC. Se trata de un proyecto europeo financiado por una multinacional de nutrición animal que cuenta con la colaboración del gabinete de dietistas canarios ICAMEN.

El fin es demostrar que existe una relación causa-efecto entre el dueño y el animal. Con este punto de partida, el Grupo, dirigido por el catedrático de Medicina y Cirugía Animal, Alberto Montoya, está estudiando a una población de 200 personas obesas y a sus mascotas, y determinando si el exceso de afecto del dueño hacia el animal se traduce en un soprepeso de éste último. “Hemos comprobado que, en muchas ocasiones, la afectividad del dueño se vuelca en el perro en forma de chocolatinas o en un número superior de salchichas”, explica Montoya, “y la primera conclusión que hemos observado es que estos animales tienen hipertensión, igual que les ocurre a las personas”. El estudio resulta de especial interés si, además, se parte de la base de que en la Comunidad canaria se ha detectado un mayor índice de obesidad en las personas con respecto al resto del territorio español.

Y si de pequeños animales hablamos, el Grupo de Investigación también ha centrado sus trabajos en los aparatos cardiorrespiratorios, principalmente en arritmias cardiacas y vasodilatadores. “Los animales también tienen arritmias, como los humanos, y sus tratamientos son muy parecidos”, comenta Alberto Montoya. El estudio que lleva a cabo este grupo de investigadores se basa en ensayos clínicos de distintos tratamientos para mejorar la cura de estas arritmias, mediante nuevas combinaciones de fármacos o variando sus dosis.

Las cataratas en los perros también son materia de estudio en el grupo, bajo la dirección de la profesora Inmaculada Morales. En este sentido, colaboran con médicos oftalmólogos y operan frecuentemente a perros de esta dolencia, que resulta mucho más complicada de curar que en los humanos.

Enfermedades de dromedarios

Los rumiantes son los protagonistas de otra de las líneas de trabajo del Grupo de Medicina Veterinaria, bajo la coordinación del director del Departamento de Patología Animal, Carlos Gutiérrez. Principalmente se estudian las enfermedades del ganado caprino, que, como es sabido, es abundante en Canarias. Sin embargo, el Grupo que dirige Alberto Montoya destaca por ser el único en España que analiza las patologías de unos rumiantes poco conocidos; los dromedarios. Y es que en Canarias se ha contabilizado más de 1.500 de estos ejemplares, algo que no ocurre en ninguna otra Comunidad Autónoma. “El dromedario es el gran desconocido en el territorio español”, señala Montoya. Son animales salvajes y su aparato digestivo es distinto al del resto de rumiantes. “Nosotros estudiamos las enfermedades relacionadas con un parásito en especial, el tripanomosis, cuyo daño se traduce en la destrucción de los glóbulos rojos de la sangre y la consiguiente anemia en los dromedarios”.

Por último, entre los trabajos que se desarrollan en el Grupo figuran aquellos relacionados con Patología Ambiental, que están coordinados por la ingeniera agrónoma y profesora de la ULPGC, Maria del Pino Palacios. Las aguas residuales y los residuos agropecuarios son las líneas de investigación más estudiadas. Desde hace casi diez años, y en colaboración con profesores de la Universidad de La laguna, varios componentes del grupo de investigación se han volcado en las distintas técnicas de tratamiento de aguas residuales con el fin de reutilizarlas en la agricultura y en la ganadería. Los residuos animales también han sido útiles tras su reutilización, sin ir más lejos, en forma de abono e, incluso, para producir energía.

El Grupo de Investigación de Medicina Veterinaria y Patología Ambiental lo componen varios veterinarios, una bióloga y una ingeniera agrónoma. Todos ellos componen un equipo multidisciplinar en donde el estudio de las enfermedades animales y su relación con el Medio Ambiente es el principal centro de atención de sus investigaciones.

Datos de interés:

• Grupo de Medicina Veterinaria y Patología Ambiental
• Departamento de Patología Animal
• Facultad de Veterinaria
• Campus de Arucas
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