Reconocer tempranamente la presencia de la enfermedad de Alzheimer para así intentar retardar sus efectos y su avance. Éste es el principal objetivo del Grupo de Investigación de Neurociencia de la ULPGC, liderado por el doctor José Regidor. En España, entre un 8 y un 10% de la población mayor de 65 años sufre algún tipo de demencia, unos datos que en Gran canaria suponen alrededor de 10.000 enfermos.
El inicio de la enfermedad de Alzheimer se produce por la acumulación progresiva e irreversible de determinadas proteínas que indefectiblemente conducen a una alteración grave del cerebro. Sin embargo, con los conocimientos científicos y técnicos disponibles en la actualidad, no se dispone de marcadores diagnósticos útiles, por lo que un diagnóstico definitivo de la enfermedad sólo puede realizarse tras el estudio postmorten del cerebro.
El Grupo de Investigación de Neurociencia de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, liderado por el Doctor José Regidor, se centra en establecer marcadores que ayuden a determinar, en una etapa muy temprana de la enfermedad, los primeros síntomas, y, como consecuencia, aplicar tratamientos que retarden sus efectos. Y es que el Alzheimer es un tipo de demencia, y, como tal, es una enfermedad degenerativa que aún no tiene cura, pero en la que se han dado grandes pasos en su diagnóstico y tratamientos. “Hoy en día, el diagnóstico del Alzheimer sigue siendo eminentemente clínico, es decir, es el médico el que a través de varias exploraciones y descartando causas, puede llegar a diagnosticar la enfermedad, pero no con certeza”, explica Regidor, que añade que no existen pruebas diagnósticas contundentes, como radiografías o análisis de sangre, que ofrezcan un resultado definitivo.
Por este motivo, su Grupo de trabajo estudia dos líneas paralelas de investigación. Por un lado, y conjuntamente con el catedrático en Psicología (Psicolingüística), Manuel Carreiras (ULL), intentan buscar marcadores muy tempranos de la afectación del lenguaje para detectar el desarrollo posterior de una demencia. Y es que en el cerebro humano, según explica Regidor, “hay áreas cerebrales específicas destinadas al procesamiento del lenguaje”. Y éstas son unas de las primeras áreas que se alteran en la corteza cerebral cuando aparece una demencia. Hasta el punto de que un enfermo de Alzheimer termina teniendo una incapacidad para expresar sus pensamientos con el lenguaje.
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El Grupo de Investigación se centra, para este estudio, en analizar a diversos colectivos de personas mayores: grupos sin demencia, grupos con una pequeña alteración y grupos con demencias. “Así analizamos las peculiaridades del lenguaje, hilando fino para encontrar los fallos que pueden originarse al inicio del desarrollo de la demencia”. Se les realiza test científicos que, en el futuro, permitirán disponer de un nuevo marcador que aventure si una persona está en una fase previa de la enfermedad, y, con ello, frenar el avance de la dolencia con nuevos tratamientos.
Red de neuronas artificiales
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Además, el Grupo de Neurociencia colabora con el Grupo de Neurociencia Computacional, que también se incluye en el Instituto de Ciencias Cibernéticas de la ULPGC, para abordar con un sistema informático las informaciones clínicas de importancia real que sirvan para detectar el Alzheimer.
A través de una red neuronas artificiales (RNAs), en la que se integran datos de pacientes reales, se conseguirá crear un proceso informático ‘amigable’ en el futuro que será fundamental en el diagnóstico del médico. “Nos permitirá acercarnos a las variables más determinantes con un cálculo de probabilidades para detectar al enfermo de Alzheimer, y, además, nos servirá como una herramienta de ayuda para determinar si los tratamientos que se están llevando a cabo en cada paciente son los más adecuados”, señala el Doctor Regidor.
Para José Regidor, el Alzheimer se ha convertido en una enfermedad de gran trascendencia debido al alto número de pacientes que la padecen. En España, entre el 8 y el 10% de las personas mayores de 65 años tienen algún tipo de demencia. En Gran Canaria, concretamente, están cifradas unas 10.000 personas enfermas con distintos grados de Alzheimer. Se trata de una enfermedad degenerativa que durante sus primeros cuatro o cinco años no se manifiesta abiertamente. “Solamente es posible detectarla cuando empiezan a producirse trastornos como el del lenguaje”, explica Regidor, que comenta, además, que existen variables que pueden acelerar el proceso degenerativo, como las alteraciones cardiovasculares, malos hábitos nutricionales o trastornos afectivos graves.
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Una Comisión Asesora de Demencias |
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Datos de interés:
- Grupo de Investigación de Neurociencia de la ULPGC, Instituto de Ciencias y Tecnologías Cibernéticas
- Edificio de Ciencias de la Salud
- Departamento de Morfología
- Campus de Ciencias de la Salud
- Teléfono: (+34) 928 45 14 77
- Fax: (+34) 928 45 34 20
- Mail: jregidor@dmor.ulpgc.es
Web y enlaces de interés: