Fue uno de los principales proyectos de la División de Inteligencia Artificial y Sistemas del IUSIANI. Pero Eldi fue fruto de varias investigaciones anteriores, nacidas en las décadas de los 80 y 90. “En aquella época analizábamos el uso de la visión para extraer información sobre el entorno. Así experimentábamos con varias técnicas de visión por computador que nos permitían, por ejemplo, procesar imágenes de secuencias en movimiento o estáticas y extraer, gracias a un software, todos los objetos de interés fijos o móviles de las mismas, como matrículas, direcciones etc.”, explica Antonio Falcón, ingeniero e investigador de la División de Inteligencia Artificial. Estas investigaciones resultaban útiles para el control y seguridad de parkings, o para el direccionamiento o la localización de coches en la carretera.

Otra de las aplicaciones que ha creado este grupo de investigación es el ‘reconocedor de caras’. “El ordenador, a través de la instalación de una cámara, identifica la cara que tiene enfrente, y desde ese momento puede interactuar con la persona que está sentada en frente de él”, señala Antonio Falcón. Estos desarrollos tecnológicos han alcanzado su máxima expresión, y nunca mejor dicho, al investigar los gestos y expresiones de las caras. “El ordenador no sólo identifica a la persona que tiene enfrente, sino que sabe, por la expresión de su rostro o por el tamaño de sus pupilas, si está triste o enfadado, por ejemplo”.

Así, los avances tecnológicos están siendo de gran importancia para los minusválidos, que ya cuentan con aplicaciones informáticas que les permiten posicionar el cursor del ratón en la pantalla, sólo con el movimiento de sus ojos.

Los robots y el entorno

Actualmente, la División de Inteligencia Artificial y Sistemas continúa sus avances en torno a la robótica, “porque Eldi fue el punto de partida de nuevos proyectos que buscan robustecer el comportamiento de los robots, es decir, que las máquinas se comporten adaptándose a los diferentes entornos, que busquen, por sí mismas, soluciones y alternativas para sobrevivir en entornos complicados”. Éste es el objetivo del Proyecto Coolbot, actualmente en desarrollo.

Smartguy

Smartguy es otro de los proyectos en marcha. Se trata de una cabeza inteligente y móvil, que gracias a sus sensores, puede relacionarse con un entorno natural, atendiendo a lo más próximo, discriminando entre varias conversaciones y actuando y gesticulando como un verdadero ser humano.