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Nº18
Febrero 2005
El BAZAR DE LOS ANUNCIOS
Entrevistas
 MANUEL CARBALLO. Doctor en Salud Pública Internacional

“Si las Universidades prestaran su experiencia a los países pobres tendríamos un mundo mucho mejor”

Es uno de los más prestigiosos expertos en Salud Pública Internacional y así es considerado en la Organización Mundial de la Salud, en donde trabaja como epidemiólogo. Desde 1995 es director ejecutivo del Centro Internacional para la Inmigración y Salud, centro colaborador de la OMS en lo que concierne al tratamiento sanitario de personas desplazadas por desastres. Es por este motivo que el Doctor Manuel Carballo acaba de regresar del sudeste asiático, donde ha dirigido a un equipo de las Naciones Unidas. El 29 de enero fue protagonista del Acto de Investidura de Doctores de la ULPGC, en donde pronunció la conferencia ‘La Universidad y los Nuevos Desafíos del Siglo XXI’.

1. ¿A qué desafío se enfrentan las Universidades en este nuevo siglo?

Creo que la palabra clave para el futuro es compromiso. Creo que lo importante del mañana es que todo graduado de la Universidad esté comprometido con el futuro de la sociedad. Sobre todo ahora que cada vez más, la distancia es mayor entre los países pobres o en vías de desarrollo y los países ricos. El desafío de mañana es cómo focalizar nuestra tecnología, nuestros conocimientos, el poder intelectual de las Universidades, para lograr un desarrollo mundial más igualitario y para mejorar la calidad de vida de los países pobres. Así evitaremos la inmigración clandestina, que es un indicativo del malestar de los países pobres y esto nos perjudica y alcanzará a toda la sociedad dentro de varios años.

2. ¿En qué afecta a la sociedad del ‘primer mundo’ este problema de la inmigración?

En muchos aspectos. La Unión Europea recibe cada año más de 500.000 inmigrantes clandestinos, anónimos, porque no sabemos ni quiénes son, no como se llaman, ni cuáles son sus necesidades. En Europa se está formando un proletariado clandestino que se encuentra excluido económica y socialmente. Cuando pasa esto se producen problemas sociales y políticos, pero también problemas sanitarios. Muchos políticos defienden que la solución de la inmigración es levantar murallas y eso no es posible. Si hubiese sido posible en alguna época, ¿en dónde estaría Canarias ahora, por ejemplo?. Creo que la inmigración se debe planificar y en ese sentido, la universidad debe ‘producir’ graduados y doctorados sensibles, dispuestos a incorporar su conocimiento a esta situación.

3. Acaba de llegar del sudeste asiático, ¿cuál ha sido su trabajo allí?

Fui a través de las Naciones Unidas para conocer la magnitud del problema y comenzar programas de actuación sanitaria. Porque contexto de urgencia aguda pasa muy rápidamente. El desafío ahora es la reconstrucción, de tal forma que no se generen ni problemas sociales ni problemas económicos. En desastres como el de tsunami nos damos cuenta de cómo afecta de manera distinta al pobre o al rico que está en esa zona, y vuelvo a insistir en que el rol de la Universidad debe ayudar a mejorar estas condiciones.

4. ¿Cree que la actividad investigadora es crucial en estos campos, entonces?

En España he visto grandes cambios desde los años 60. La democracia, la enseñanza, la oportunidad y la libertad han sido claves para estos cambios. Si España y las Universidades pudieran prestar su experiencia a otros países, a los pobres, tendríamos un mundo mucho mejor.

5. Usted también ha estado en zonas de conflicto bélico como en Bosnia. ¿Ve alguna diferencia en la actuación internacional si lo compara con lo que ha sucedido ahora debido a un desastre natural como el tsunami?

La clave es la organización internacional. En Bosnia nos pasamos tres años antes de que la comunidad internacional se involucrara definitivamente. Llegaron los cascos azules pero no hubo un compromiso social frente a la guerra. Con el tsunami, el desastre ocurrió un día, y al siguiente la comunidad internacional prestó ayuda. Lo que falta saber es si ha sido porque las situaciones fueron diferentes (uno fue una guerra y el otro un desastre natural) o porque con los años la comunidad internacional funciona más organizadamente y desarrollando una mayor sensibilidad.

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